El 27 de septiembre, en un evento de alto nivel con motivo del 77º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Alianza Global por los Cuidados promovió la corresponsabilidad de todos los sectores para la creación de sistemas integrales de cuidados que permitan el acceso universal a una atención de calidad a todos los que la necesitan, protegiendo al mismo tiempo los derechos laborales de quienes la prestan.
El evento virtual, titulado "Adoptar el principio de corresponsabilidad en el cuidado y el trabajo doméstico", fue convocado por la Alianza Global por los Cuidados y coorganizado por el Instituto Nacional de las Mujeres de México (Inmujeres) y ONU Mujeres.
La Alianza Global por los Cuidados es un compromiso colectivo del Foro Generación Igualdad y su Coalición para la Acción por la Justicia Económica y los Derechos. Convocada por el Gobierno de México a través del Inmujeres y ONU Mujeres, promueve la economía del cuidado como elemento central para acelerar el paso hacia el logro de la autonomía económica de las mujeres y una recuperación sostenible y transformadora de la pandemia del COVID-19.
"El COVID ha puesto de manifiesto la dependencia mundial de las mujeres como cuidadoras principales y no remuneradas. El trabajo de las mujeres ha demostrado ser esencial. Sin embargo, sigue sin ser reconocido ni apoyado, especialmente en tiempos de crisis, con graves efectos adversos en los medios de vida y el futuro de las mujeres. El evento de hoy es una oportunidad para recalibrar nuestra conversación global sobre los cuidados", dijo Sima Bahous, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres.
Laura Pautassi, académica de la Universidad de Buenos Aires (Argentina), explicó que "desde una perspectiva de derechos, la corresponsabilidad indica obligaciones de cuidado para cada parte interesada, incluyendo el Estado, los mercados, las organizaciones sociales y comunitarias, las familias y los hombres dentro del hogar. Esta obligación compartida es el resultado de años de luchas feministas que han argumentado que la naturalización de las capacidades únicas de las mujeres para proporcionar cuidados subyace a la naturalización de las desigualdades estructurales de género existentes. Con este argumento, las feministas han sembrado el debate sobre la corresponsabilidad".
Destacando que el derecho internacional de los derechos humanos proporciona una orientación exhaustiva, la directora de la División de Compromisos Temáticos, Procedimientos Especiales y Derecho al Desarrollo de la OACDH, Peggy Hicks, señaló que "el cuidado no es un acto de caridad, sino una cuestión de derechos cumplidos. Debemos ocuparnos de los derechos de las mujeres y las niñas como cuidadoras y como usuarias de los cuidados. También es necesario hacer un cambio de paradigma, pasando de ver a las personas receptoras de cuidados como "dependientes" a reconocerlas como titulares de derechos con derecho a acceder a los apoyos de calidad necesarios para una vida con dignidad y autonomía". También destacó la importancia de garantizar la participación de cuidadoras y cuidadores, así como de las usuarias y los usuarios de los cuidados, en toda su diversidad, en la toma de decisiones.
"Los sistemas integrales de cuidados reconocen, redistribuyen y reducen el trabajo de cuidados no remunerado y aceleran el ritmo hacia el bienestar de las sociedades, la creación de empleos de calidad y la mayor participación laboral de las mujeres, y el logro de la igualdad de género, al tiempo que generan ingresos para el Estado vía impuestos. Este es el poder transformador de la economía del cuidado", dijo la representante de ONU Mujeres México, Belén Sanz.
Marita Perceval, Secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad del Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad de Argentina, destacó que un reclamo feminista permanente es el de asegurar reformas tributarias que aterricen en un pacto fiscal basado en los derechos humanos que permita enfrentar las persistentes desigualdades sociales y de género. En este sentido, Ana Güezmes, Jefa de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, enfatizó que los sistemas de cuidados integrales, construidos sobre la base de la corresponsabilidad, son una alternativa viable y probada para avanzar hacia pactos fiscales, sociales, ambientales y culturales que reviertan las desigualdades de género y constituyan una solución de largo plazo a la crisis generada por la pandemia.
Hablando desde la perspectiva de la sociedad civil de mujeres de base, la presidenta de la Comisión de Huairou, Violet Shivutse, dijo que "los principios de corresponsabilidad deben estar arraigados en la colocación de la economía del cuidado en el centro de la respuesta y la recuperación de la crisis de COVID-19 y ver las inversiones en ella como una vía crítica para reconocer y recompensar el liderazgo que los grupos de mujeres de base tomaron en la construcción de una infraestructura de cuidado local adaptable y centrada en las personas que mantuvo a sus vecinas, vecinos y a sus propias familias vivas y conectadas".
Akshat Singhal, cofundador de The Gender Lab (India), aconsejó además "no ver los cuidados de forma aislada, sino junto con la comprensión de las masculinidades y los estereotipos de género, manteniendo la lente interseccional. Es fundamental implicar a los niños y a los hombres en la acción comunitaria, crear espacios seguros para que no se sientan avergonzados por tener responsabilidades de cuidado, y comprender el impacto del patriarcado en sus vidas, familias y comunidades".
En cuanto a la financiación, Dorothy Gwajima, Ministra de Salud, Desarrollo Comunitario, Género, Ancianos y Niños del Gobierno de la República Unida de Tanzania, destacó que, en algunos países, la pandemia ha brindado la oportunidad de incorporar la financiación con perspectiva de género como parte de las estrategias de recuperación económica, con el objetivo de reforzar la atención infantil asequible, fortalecer los servicios de atención a largo plazo, así como mejorar las condiciones laborales y los salarios del personal del sector de la atención.
Ghada Abdel Tawab, Directora de Programas Globales para el Futuro de las Trabajadoras y los Trabajadores de la Fundación Ford, subrayó que "la escala y el alcance de las necesidades de cuidados siguen desafiando la capacidad del sector filantrópico para garantizar soluciones escalables. La inversión pública mundial debe asegurar fondos públicos para apoyar la economía de los cuidados como un "bien público", mientras que el capital privado debe alinear su capital con una economía justa y sostenible, incluyendo la inversión en cuidados".
A esto, Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, dijo que "el nivel de compromiso que ha generado la Alianza Global por los Cuidados es lo que necesitamos para garantizar un cambio transformador para las mujeres y las niñas". Añadió que invertir en empleos decentes de cuidados y valorar la contribución del trabajo de cuidados a la sociedad es fundamental para enmarcar a las mujeres en la economía ampliada, crear resiliencia, preparar a la sociedad para hacer frente a las carencias actuales y futuras, y garantizar transiciones justas.
El panel interactivo fue moderado por Julieta Martínez, una joven activista global del clima de Chile, fundadora de la organización feminista Tremendas liderada por jóvenes. Destacó que "al igual que se están replanteando tantos aspectos de la sociedad, el cuidado no puede quedarse atrás". Necesitamos compromisos a gran escala y responsables para garantizar sociedades inclusivas y sostenibles para todas y todos si queremos lograr una agenda feminista del cuidado para 2026, dijo.
En la clausura, la presidenta del Inmujeres, Nadine Gasman Zylbermann, destacó que "la economía del cuidado cataliza la recuperación económica y la construcción de una sociedad más igualitaria. Es hora de enfatizar la urgencia de garantizar la sostenibilidad de los sistemas de cuidados integrales basados en la corresponsabilidad de todos los actores". Concluyó presentando un llamado a la acción en nombre de la Alianza Mundial por los Cuidados, invitando a la comunidad internacional a declarar 2023 como un año trascendental para la economía de los cuidados, con el fin de ayudar a galvanizar y fomentar una mayor voluntad y ambición política para la acción de las múltiples partes interesadas, las inversiones y una mayor responsabilidad en materia de cuidados.
Lea el llamado a la acción aquí.